En EE.UU, este sitcom ha sido capaz de congregar a cerca de 12 millones de espectadores en una sola noche. Sus protagonistas, la singular y divertida familia Robertson, han consolidado un negocio multimillonario manteniéndose fieles a un estilo de vida estrafalario y sorprendente
Su obsesión por la caza de patos, sus ropas de camuflaje y sus larguísimas barbas los han convertido en todo un fenómeno televisivo. Cuentan con más de 5 millones de fans en Facebook y es la serie de televisión con mayor repercusión en Twitter.
Desde hace meses, millones de espectadores viven enganchados en Estados Unidos al día a día de una singular familia que ha convertido su pasión por los patos en un negocio sorprendentemente rentable. A partir del próximo 17 de septiembre, todos los martes a las 22:30 horas, BIO emite, en exclusiva en España y desde el primer capítulo, Duck Dynasty, sitcom revelación que ha batido récords de audiencia en la historia del cable en EE.UU., logrando congregar a cerca de 12 millones de espectadores en una sola noche.
Los Robertson + patos + barbas = éxito televisivo, revolución en las redes sociales y 100% entretenimiento
Estrafalarios, desenfadados y con un punto gamberro, así es la familia Robertson. Sus larguísimas barbas, su ropa de camuflaje, su rústico sentido práctico y un afilado sentido del humor los han convertido en un verdadero fenómeno en redes sociales, sumando más de 5 millones de fans en Facebook y convirtiéndose en la serie de televisión con mayor repercusión en Twitter.
Los Robertson fabrican reclamos para patos, tienen profundas raíces sureñas y son defensores a ultranza del estilo de vida de los pantanos. Pero, a pesar de su apariencia rústica, se trata de una familia de eficientes gestores de una empresa multimillonaria de fabricación de productos deportivos: Duck Commander Products.
Phil, patriarca de la familia también conocido como “Duck Commander”, renunció de joven a jugar en la liga profesional de fútbol americano (NFL) porque la temporada deportiva coincidía con la de la caza de patos.
Willie, único hijo de los Robertson con título universitario, es un apasionado de los trajes con estampados de camuflaje y responsable como “Director Ejecutivo” de la compañía de convertir la empresa en un negocio multimillonario.
Jase, polo opuesto de Willie, es un creativo y hábil artesano que ha convertido el pantano en su verdadera oficina. Tío Si, hermano mayor de Phil, es un veterano de la guerra de Vietnam y vive obsesionado con un vaso azul que le envió su madre durante el conflicto y que se ha convertido en el único en el que puede beber.
Aunque si bien estos hombres son quienes “llevan las barbas” y quienes protagonizan las situaciones más alocadas, ninguno hace sombra a la imponente presencia de su matriarca, Miss Kay Robertson, una magnífica cocinera que evita que su familia se pierda en los pantanos atrayéndola con suculentos platos de la gastronomía sureña como la fritura de carne de venado, las ancas de rana y las croquetas de cangrejo. Casada con Phil desde los dieciséis años, confiesa que su miembro favorito de la familia es Jesse, el perro. Aparentemente inmortal, Jesse tiene un secreto: cada vez que el perro muere, Miss Kay lo sustituye por un cachorro lo más parecido posible al que da el mismo nombre.
Otra mujer de carácter es Korie Robertson, esposa de Willie y gerente de la oficina de la empresa. Con mano firme y mirada de hielo logra evitar que la compañía se convierta en una feria.